18 de junio de 2013

Punto de Fuga

A veces me reduzco
a ese punto,
se me secan las palabras,
se me abren los silencios,

me reduzco a ese punto,
soy ese lunar
no necesito ni que me hablen
ni que me pasen a ver
ni que me rieguen seguido.

se me secan las palabras
soy esa peca, esa mancha,
otra irregular maravilla cutánea
déjenme ahí, adherido y callado
que solo saldré los domingos
para preparar el te,
tender la ropa en la tarde
y devolver la pelota a los chicos del pasaje,
no molestaré.

se me abren los silencios,
y adentro, cabe todo lo demás
todo lo que sobra,
todo lo que queda,
todo lo que escogimos no decir
todo lo que no sabemos decir,
ahí dentro, ese silencio
extraño y familiar.

soy ese punto
en la conversación
"después te digo",
y nunca lo hago
me guardo secretamente
una basurita del camino o del lugar
que no sea ni tan relevante,
ni tan insignificante,
para llegar al recuerdo sin necesitarla
ni sin obviarla.
Como esa basurita,
así el "después te digo",
que nunca hago
me guardo secretamente
esa interrupción que no hice.

soy ese punto,
que junto a otro punto,
hacen una recta,
que junto a otra recta,
hacen el punto de fuga
son pretensiones geométricas
que nada tienen que ver
con converger,
y tener que ver.

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