25 de julio de 2007

Toc Toc

Que qué hacía? Ahm!, pues nada. Hasta que llegaste me entretenía en los quehaceres. Me gusta tener todo limpio, claro, como para ocasiones como ésta. Barrí el pasillo, debajo de los sofás, sacudí el polvo de las ventana que hace mucho que no abro, y creo que hasta enderecé los cuadros que están en la entrada. Sí, son esos mismos. ¿No dijiste que te gustaban? Ah, eso creí escuchar (Creo que los cambiaré de lugar).. Pero bueno!, claramente por los cuadros no viniste, no, claro que no. Oh, sí,.. ajá, debe ser interesante eso que tú haces allá afuera. Aunque siempre me ha sonado muy ajeno, me esfuerzo por entenderte, o sea, entender eso, lo que tú haces. Te tengo tu abrigo? Ah, sí, es cierto, siempre tienes poco tiempo. Bueno, ven, siéntate, ya es la hora del té. No, no tardará mucho. Ah, es que siempre pongo un poco más de agua, ya sabes, por si se aparece alguien..

Debo confesártelo, pero siempre que estoy así, sujetando mi café y mirando a través de este frío y empañado cristal hacia la calle me pongo a pensar, en todo y en nada, una sensación poco común, de cobijo enternecedor por una parte, recordar nuestras conversaciones, que eran cómodas como pensar en voz alta, profundas, de alma, y largas conversaciones. Y la sensación de falta, por la otra parte. Esa falta, sensación de la cual esta misma ventana ha sido testigo, que a la sombra cómplice de unas canciones, han visto cómo te espero. No es la lluvia a la que admiro allá afuera, y mi maldito afán por ordenar, en realidad, me ayuda a no voltearme a la tortuosa espera ante esta ventana. Y al verte aquí, bueno, vernos aquí ambos sentados uno frente al otro, viendo el tiempo morir a lo largo de esa ventana... casi no tengo palabras. (...) Antes no dudabas tanto en darme tu mano. Sí sé que cambian. Qué importa que sea tarde? Nunca ninguno de nuestros encuentros podía cronometrarse, siempre dijimos, y eso no cambia. Con la primera taza de café ya parecía que te quedarías, mínimo, por otras tres más. (...) No, gracias. Ya dejé de fumar, ehm, creo que porque finalmente entendí que las cosas que te hacen mal hay que dejarlas. Sí, en ese caso tienes razón, sí cambian las cosas, y cómo cambian. Bueno!, tampoco tú eres la excepción, si es que en eso estás pensando. Cómo?, pero si es evidente, no sé si es ese nuevo trabajo en el que estás, o el tiempo y la distancia que te hicieron así, no sé, tan distante, tan hábil para mentir, para ocultarme lo que sientes, yo aún puedo adivinarte, eso no cambia, cariño.. (...) No, por qué? Creo que las pusiste en la caja esa, donde guardas las fotos que te gustan.. lo que quiere decir, entonces, que aún les guardas un poco de aprecio, qué extraño, ¿Aún guardas esas cartas? en el fondo pensaba que siempre las viste como un pequeño afán mío, aunque a veces me gustaba dejarme convencer de lo contrario con tu sonrisa.. Cómo?, no.. ya dejé de escribir.. Mhmm.. sí, para que veas tú.. Por qué?, Por quién, quizás.. Sí, conveniente, no? Pasa que así como ni en el arder del cigarro, así tampoco en el fondo de cada botella, nunca, en medio de ningún verso te encontré, y eso de buscar y no encontrar, cansa a cualquiera, ¿no crees?.. (...) Sí, ya sé, y despidiéndonos siempre hemos sido torpes, asique.. ehm.. yo me iré en esta dirección, y tú ya sabes dónde está la puerta.. no lo sé, pero ayúdame con esto, es que ni siquiera quiero ver cómo te vas, sólo quiero que al volver ya no estés, lo prefiero así.. (...) Siempre pienso en lo que es prudente y en lo que no, en lo que sería sabio hacer y lo que no, y como muchos, a veces pienso que pienso demasiado, pero me hubiese gustado decirte más.. pero pasa que siempre ese momento coincide con el minuto en que no quieres escuchar más.. (...) de nuevo aquí, esta misma almohada, la luz mortecina, los gatos sobre el tejado, la sombra del árbol que se proyecta e invade mi habitación, todo esto, adorna y acompaña mi última desatada locura y viaje de ideas antes de caer dormido, sí, todo este arrepentimiento una vez más, debí decirlo, ya basta de estas lágrimas a medio llorar, es mi patética condición, llanto y anuncio en la misma garganta, siempre pensé que mis gestos hablaban por mí, pero ya ni de los gestos me puedo fiar, y aunque trato de no decirlo para evitar el hecho, te amo, con más locura que lógica, con más silencio que intención, con más equivocaciones que aciertos, con más susurros que gritos, con más tropiezos que pasos, con más paciencia que cercanía..
Si no te amara tanto, dejaría de contestar el teléfono con tanta prisa,
Si no te amara tanto, quizás qué cosas..
Si no te amara tanto, no imaginaría que me visitas..




Hasta que actualicé. El que tenga algo que decir, que lo diga, demonios.

8 comentarios:

  1. No tengo nada que decir pero quiero decir algo.

    Déjame la lluvia y quédate con todo lo demás.

    Lo mejor que he leído en esta biblioteca. Siendo que los trabajos anteriores me producían cierto agrado éste sin duda se diferencia de aquéllos y no es difícil adivinar por qué. Estamos condenados y lo sabemos, mas te veo caer cuando pensé que subíamos como tantos otros...quizás sea como tú dijiste (con otras palabras): la gente le tiene una fe enorme y monstruosa a Cronos y subestima de modo incomprensible a aquel obrero rojo que trabaja toda la vida sin un descanso, excepto el final, excepto el eterno. ¿Seguro que vas hacia allá? ¿Seguro que cabalgaste como paladín? Las guerras se pelean primero con la cabeza y luego con el corazón, oí una vez por ahí y yo no soy quién para discutir las tácticas de generales que sin duda me hubiesen vencido, si es que no lo hicieron ya.

    De todos modos te deseo éxito en las guerras semestrales, tanto en los reinos ígneos como en los otros, esos que el mundo se empecina en establecer como reales, General Hijo del Amanecer. Que te acompañe la música de instrumentos de cuerda medievales en las cargas que has de realizar...

    ...todos los pilares se derrumban...

    ...todos los cielos se desploman...

    ...no hay catedral eterna ni soles infinitos...

    ...no hay herida inmortal...

    Mas no olvides en la fragua de tus ideas cuando combatas en el frenesí de la batalla una cosa: debes dejarme la lluvia.

    ResponderBorrar
  2. Me dió pena.
    Demasiada soledad!
    Me carga estar sola, ya t lo habia dicho, creo :), y si me pasara lo que escribiste... lloraría tanto! :(
    bueno DE,
    espero q lo de los dientes sea verdad :)

    ResponderBorrar
  3. Supongo que vengo saliendo de un período de sequía verbal, y es que hace bastante tiempo que mis neuronas se niegan a aumentar su trabajo. Creo que han simpatizado con los subcontratistas de coldelco..
    pero anyway, ahora que leo lo tuyo me parece que vuelvo al juego. Muy bueno, me gustó mucho porque en cierto sentido simpatizo también. Y cuando la autoreferencia existe, uno quiere más lo que lee. Incluso lo siente.
    Eso por ahora, saludos

    nos vemos por ahi por la U...desde el lunes

    ResponderBorrar
  4. Siento que me tomaste el alma, aquella alma que tenía dos años atrás, y que la estrujaste a más no poder, sacando cada palabra. Simpatizo con Bea, "cuando la autoreferencia existe, uno quiere más lo que lee"..

    saludos chico

    ResponderBorrar
  5. Hasta que fue evidente crei que quien hablaba era mujer... era hombre... eras tu?

    Depronto encontre en tus palabras las que he buscado y no he allado...
    gracias por tus palabras...

    saludos
    Mariana W.

    ResponderBorrar
  6. Ya sabes Dali :) sin querer nos convertimos en un "equipo" jajaja gracias por recibir de tan buena manera la propuesta...
    muchos saludos y mucha suerte siempre!

    Si po! ya sabes todo lo que pienso sobre Toc Toc ajajajaja en el arder del cigarro que dificil!

    ResponderBorrar
  7. Esperaba que vinieras a ver que ya había leído, para contarte lo que me pasó con tu texto. Sabía que muchos pasajes me estrujaron el corazón, y que muchos otros la mente. Sabía que había un nudito en la garganta pero no supe cómo interpretarlo..me transformé en una piedra. Hasta que claro, apareciste..y me quedé con el abrazo que sin pensarlo te di.

    Gracias hermanito mío.

    ResponderBorrar
  8. Tu compañero de banco31 de mayo de 2012, 11:29 a.m.

    Siempre cuando entro, siento que lo que leo tiene tu estampa y tu vivencia. Nada nace en vano y de la nada. Ahora que han pasado unos años y me alejé del contexto, lo veo más alejado, más ficción que realidad, haciéndolo más ajeno casualmente sin tener propiedad de nada.
    Un abrazo pelao

    pd: Sí, el de los dormilones.

    ResponderBorrar