24 de abril de 2012

Confesionario de Madrugada

Entre las 3 y 4
comienzas con tus lamentos
miedos y fobias de sábanas
que en los míos hallan eco.

Si un abrazo ciego no basta,
intuyo un beso hacia tus labios
que tu respiración delata.

Y antes que la ciudad
huela a pan tostado y agua hervida,
intercambiamos confesiones 
en la oscuridad cómplice,
balbuceos descifrables solo
para los que temen,
y lloran
juntos.

4 comentarios: