6 de mayo de 2013

Miedo a la pálida

Mientras gente pasaba en el fondo, vi los ojos apenas abiertos de Claudio, explicándome cómo lo hizo:
"Yo pensé, primero que todo, tiene una tranca con el asunto. No va a querer hacerlo, por un motivo equis, y no lo va a disfrutar. Cómo? No, si fue algo que le pasó al tío... por eso es que le tiene la cruz hecha. Nunca una experiencia personal. "No, nunca", negando efusivamente, dijo Claudio cuando le pregunté que si le había pasado algo antes. "Y claro, ahora que me conoce más, y resulta que fumo, es un tema a discutir de ahora en adelante. Entonces, pensé, lo que haré será llevarlo al parque, prendemos uno ahí, y lo llevo a pasear. Caminamos, y conversamos tranquilos. No, si al final eso de hacerlo con mucha gente alrededor, y la agitación, y los estímulos, visuales, sonoros, o mentales, etc., te agotan. Se hace desagradable no poder terminar lo que se conversa, y viene otra cosa, y pasa encima de lo que hablamos, y después otra cosa. Y así. En cambio, ir en confianza al parque, y hablar simplemente, porque es así que yo lo experimento. O así me hubiese gustado hacerlo, y que alguien se diera ese trabajo. Porque todo lo demás, es opcional. Lo que se queda, es lo que conversaste, lo mucho que te conectaste con quien tienes al frente. Eso es 'lo medular', como diría el Javier. Ahora en realidad, si de verdad sirvió de algo, ni idea. O sea, es igual de probable que confirme su rechazo como que lo revierta. Habrá que verlo".

2 comentarios:

  1. inevitable el miedo a la pálida ah? jaja
    Saludos!

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  2. Recuerdo nuestro día a la plaza <3 hay que repetirlo.Creo que se transformara en nuestra terapia.

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