Nos robaron las puestas de sol con sus edificios
pero la gente tiene que vivir en alguna parte
tiene que comer,
tiene que cagar en algún lado,
botar la basura,
y recrearse en otro.
Nos robaron la imaginación dándonos
de comer,
de pensar,
de hablar.
Mi voz es el eco en una caverna ciega,
pero mis gritos son una tanda comercial,
un arrebato parrtime.
Lucidez a subcontrata.
Daltónico con los días de la semana,
y miope, por la rechucha.
Trancé la nitidez por la perspectiva,
el enfoque por la claridad.
A la oscuridad avanzamos todos
a tientas,
yo lo hago desde antes.
Cuando pienso que se me acabó la rabia,
pienso que se me acabó la labia.
Siento que se me pasa
bajo la cabeza, saco el celular, y miro la hora,
cambio la canción y asiento.
No miré la hora y ahora soy uno más,
que dice que va llegando cuando va saliendo.
Se me va pasando, en verdad,
bajo la cabeza y soy una nuca más
háblale a la mollera porque like.
Estoy acá sin estarlo.
Filo,
voy tarde,
como en todo.
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