"Se ven felices. Están irradiando felicidad!", dijo el músico en la pausa entre canciones, el más vivo de toda la micro. Al final, le llovieron las monedas, de 100, 500, y hasta billetes se vieron. El gesto monetario podría comprar la felicidad que les hicieron notar que estaba perdida. Y si ser feliz no vuelve con una moneda, podía comprarse la verguenza por no estarlo.
¡Bueno!
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